“Sembrando Vida”, Acahuales, Deforestación y Clientelismo

El programa “Sembrando Vida” es costoso derroche, improvisación, capricho presidencial, y perversa herramienta clientelar para comprar votos y voluntades en el campo mexicano. Y algo más grave: provoca deforestación, especialmente de Acahuales. Estos son bosques secundarios o ecosistemas de transición que se desarrollan naturalmente en tierras agropecuarias en desuso o que han sido abandonadas, las cuales se regeneran a lo largo del tiempo a través de procesos de sucesión ecológica, y que, si se les permite, después de un periodo determinado se reconstituyen como selvas altas, medianas o bajas, o como bosques mesófilos. Son obvias la pertinencia y urgencia de un programa agroforestal en Acahuales ejidales y comunales. También, la conveniencia de crear y multiplicar viveros para la producción de plántulas como insumo para actividades agroforestales, y que además promuevan la cohesión social en comunidades rurales. Sobre todo, porque, en principio, actualmente, es posible gestionar los Acahuales con flexibilidad, ya que la ley no los considera como zonas forestales permanentes sujetas a programas de manejo y a regulaciones burocráticas estrictas. Esto hace factible generar ingresos significativos a los campesinos por medio de agroforestería, respondiendo a la demanda de mercados locales, y también, de mercados nacionales e internacionales de carbono.