Salvador Allende murió por su propia mano el 11 de septiembre de 1973 a las 14:00 horas disparándose en el cuello una ráfaga de un AK-47, regalo del dictador cubano Fidel Castro. El golpe militar fue incuestionablemente sangriento y cruel, con alrededor de 2,000 muertes y casos de tortura. Incluso, murieron varios altos mandos de las Fuerzas Armadas. La intervención de la CIA, y la brutalidad del golpe militar han contribuido a hacer de Allende un mito. La caída de Allende fue producto de un rotundo y trágico fracaso político, económico, y social. Su herencia ideológica y política se puso a prueba en el intento fallido, hace poco más de un año, de promulgar en Chile una constitución de izquierda. Esta fue rechazada por el 62% de los chilenos.
Allende ganó la presidencia en 1970 gracias a una decisión del Congreso, con mayoría opositora, ya que se trató de una elección muy cerrada, donde sólo obtuvo el 36% de los votos, apenas 39 mil votos más que el segundo lugar, Alessandri. Esto, a pesar del jugoso apoyo financiero electoral recibido por la Unión Soviética. Juntos, Alessandri y Tomic (el tercer lugar), ambos de centro-derecha, sumaron más del 60% del total de los sufragios. Sin embargo, Allende, con esa minoría, trató de imponer un gobierno marxista, con un “socialismo” a la chilena, de la mano del Partido Comunista. El propio partido socialista, de Allende, se había declarado marxista-leninista, y avalaba la violencia revolucionaria. Allende protegió y cohabitó con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), organización terrorista de izquierda que desplegó la violencia, asesinatos y atentados contra infraestructura, empresas y empresarios.
Allende fue un médico auto-declarado marxista, además de conocido bon vivant. Invitó al dictador de Cuba, Fidel Castro, a Chile, donde lo mantuvo durante casi un mes, otorgándole una influencia metaconstitucional, y humillando así a los poderes institucionales, y a la oposición, que era mayoritaria. En plena Guerra Fría, Allende se alió políticamente con la Unión Soviética, algo inaceptable para el gobierno norteamericano. Así, Allende polarizó a Chile y lo sumió en el caos. Pretendía imponer el socialismo (comunismo) estatizando y confiscando empresas y tierras, y desmantelando la economía de mercado, para sustituirla por el control total del Estado.
Allende violó la Constitución y el Acuerdo con el Congreso (por medio del cual se le designó presidente), al recurrir a fraudes legales y decisiones autoritarias para confiscar propiedades, tierras, más de 150 empresas, e incluso casas habitación. Militantes de su movimiento simplemente ocuparon y robaron la propiedad privada de miles de chilenos. El Congreso declaró formalmente a Allende como fuera del marco Constitucional, ya que este se reusó a detener y dar marcha atrás a las confiscaciones, así como al amparo a grupos armados. Esto acabó de engendrar el proceso de un golpe militar.
La gestión macroeconómica de Allende fue desastrosa. Gasto público exorbitante, y aumento de salarios por decreto, financiados por la simple impresión de dinero. Las empresas públicas fueron un escándalo de ineptitud y corrupción, y la inflación llegó al 600%. El déficit público alcanzó casi 23% del PIB en 1973, mientras el PIB se contrajo en 5.6%. Se reprodujeron la carestía, el mercado negro, y el racionamiento. La violencia estalló y se generalizó, tanto desde la izquierda como desde la derecha: el MIR a la extrema izquierda, Patria y Libertad en la extrema derecha. Allende nunca quiso entablar una coalición con la Democracia Cristiana, sino más bien con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Un golpe militar parecía ya inevitable desde los primeros meses de 1973. Manifestaciones masivas exigían intervenir a las fuerzas armadas. Después del golpe, Pinochet ensayó un modelo económico ultraliberal, que hizo crisis años más tarde. Sin embargo, se hicieron los ajustes y cambios necesarios que lanzaron a Chile al desarrollo y a la prosperidad. En 1988 Pinochet organizó un referéndum sobre su permanencia en el poder. Lo perdió, ya que el “NO” obtuvo el 55% de los votos. Pinochet se fue, y volvió la democracia a Chile, dando entrada al gobierno de la Concertación, integrada por la Democracia Cristiana, el Partido Socialista, la socialdemocracia, y algunos otros. Tuvo un enorme éxito a lo largo de décadas, con la Constitución básica heredada del gobierno de Pinochet. La pobreza se redujo del 68% en 1980 al 7% en 2022, mientras que la economía tuvo un crecimiento del 5% anual en promedio.
Explicar el golpe militar en Chile no es justificarlo. Se requiere un análisis sereno y objetivo del gobierno de Allende y de las causas que provocaron la insurrección militar. El golpe no fue un hecho fortuito o caprichoso; tuvo precursores muy claros que deben ser reconocidos, aunque el golpe resulte condenable. No debe repetirse la historia, y Allende debe ser considerado como una controvertida y trágica figura histórica, pero no como ídolo o mito, o fuente de inspiración política.