Refinería de Tula; clausura y privatización

La refinería Miguel Hidalgo de Tula lleva casi 50 años de operación. Tiene una capacidad instalada para refinar 315 mil barriles diarios de petróleo, sin embargo, opera a alrededor del 60% de su capacidad. Este gobierno insiste en sobrecargarla con petróleo pesado Maya, el cual posee un alto contenido de azufre (tipo de petróleo para el cual no fue diseñada). Por ello, genera más combustóleo que gasolinas: más del 30% de su producción es combustóleo, un residuo altamente contaminante, que se vende a precios muy castigados. Después de varios años, no ha sido concluida la planta coquizadora en Tula para procesar el combustóleo y convertirlo en coque de petróleo.