Conservación marina y pesca industrial

El establecimiento de Áreas Marinas Protegidas con prohibición de pesca es un instrumento estratégico para la conservación de la biodiversidad marina, y… para la sostenibilidad y productividad de la propia industria pesquera. Recordemos que, en este sentido, el 25 de noviembre de 2107 fue un parteaguas en la historia de la conservación marina, y también, en la historia de la industria pesquera mexicana. A partir de un trabajo inédito entre organizaciones civiles (con la participación del autor de esta columna) y el gobierno federal se lograron los estudios y la concertación necesaria para crear en nuestro país una gran Área Marina Protegida (AMP) en torno al archipiélago de Revillagigedo en el Océano Pacífico – obviamente – en aguas de jurisdicción nacional. Se trató de la mayor AMP con prohibición de pesca en toda América del Norte, con una extensión de casi 15 millones de hectáreas (100 veces la superficie de la Ciudad de México), que la hace la treceava más grande del mundo, y que representa el 4.2% de la Zona Económica Exclusiva de nuestro país. El objetivo fue, por un lado, la conservación de ecosistemas y especies de un enorme valor ecológico y simbólico, como ballenas, delfines, tortugas, tiburones, mantas (móbulas), y una miríada de peces, crustáceos, aves y moluscos.