Compra Eléctrica a Iberdrola, Estafa a la Nación

La Ley General de Cambio Climático, la Ley de Transición Energética, y los compromisos de México en materia de Cambio Climático ante el Acuerdo de París, obligan a nuestro país a generar al menos el 35% de su electricidad con energías limpias para el 2024. El gobierno del presidente López, ostensiblemente, ha pisoteado tales imperativos. Promueve la generación de electricidad con combustibles fósiles, en esencia comabustóleo, en centrales eléctricas obsoletas, contaminantes y caras de CFE. Intenta así darle salida al combustóleo que de manera creciente producen las refinerías de PEMEX, cada vez más ineficientes, sin reconfiguración, y cargadas con petróleo pesado Maya con alto contenido de azufre. Sufren aún más las finanzas de PEMEX y del erario, y la salud de la población expuesta a los contaminantes que emite la quema de combustóleo en termoeléctricas: óxidos de azufre (Sox) y Partículas Inhalables menores a 2.5 micras (PM2.5).

Destrucción de instituciones ambientales

El presidente López intenta desaparecer 18 instituciones de la Administración Pública Federal. No lo logró hacer en el periodo de sesiones del Congreso recién terminado, lo hará en el siguiente, sus iniciativas están listas para septiembre. Su compulsión demoledora es cada vez más intensa conforme se acerca el final de su mandato. Una vez saqueados los fondos de estabilización, el Fondo Mexicano del Petróleo y cerca de 80 fideicomisos, y abultado el endeudamiento, recurre a la destrucción de instituciones con la finalidad de succionar más recursos, que destinará a subsidios clientelares descomunales y a proyectos discrecionales y absurdos como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas. En el conjunto de instituciones victimadas destacan organismos claves en la agenda ambiental y de sustentabilidad de nuestro país, sector que ha sido particularmente vulnerado y debilitado, al punto de incapacitarse. Recordemos los recortes presupuestales y despidos masivos de personal en la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Profepa, Conabio, y la propia Semarnat.

Destrucción, Militarización, Corrupción

Es corriente la creencia de que el gobierno actual carece de proyecto de nación, y que se conduce de manera errática y caprichosa, sólo bajo el influjo del resentimiento, una ideología incoherente y retardataria, ocurrencias iluminadas, y simple y supina ignorancia. No obstante, en los últimos meses, y en particular en los últimos días, se ha ido perfilando en el trasfondo, una mente siniestra de rasgos canónicos advertibles. Uno, es la multiplicación de subsidios clientelares con la motivación de comprar votos y voluntades, financiados a partir de la destrucción de instituciones de la administración pública y de servicios públicos, así como del saqueo de fondos y fideicomisos, y la acumulación de deuda. Se trata de una gigantesca y apabullante maquinaria diseñada para ganar elecciones. Otro, es la militarización. Las fuerzas armadas van ocupando y capturando espacios cada vez mayores y más diversos, a través de empresas, negocios, contratos, proyectos, y funciones administrativas civiles cruciales. La militarización ha adquirido ya el formato de un auto-golpe militar “suave” y gradual, en el cual el poder civil y militar se van confundiendo al grado que es difícil discernir cuál es subordinado de cuál. El tercero, es un propósito corruptor de las Fuerzas Armadas, política expresa de gobierno, encubierta por un discurso pueril y reiterado de falsa pureza atribuida al presidente.

Redes Eléctricas, Quid de la Transición Energética

No basta con disponer de energías limpias, solar o eólica, nuclear, geotérmica o hidrógeno, para combatir el calentamiento global. Lo importante es llevar electricidad limpia a los consumidores. El uso de electricidad crece día con día, no sólo como consecuencia del crecimiento económico y demográfico, sino por la electrificación de casi todo, desde autos a procesos industriales. El consumo de electricidad en el mundo (y en México) crece a más de un 3% anual. Al 2050 habrá que producir, transmitir distribuir y entregar cuatro veces más fluido eléctrico que ahora. Turbinas accionadas a partir de combustibles fósiles, eólicas, geotérmicas, y nucleares giran a 50 o 60 ciclos por segundo (50 – 60 HZ), generando así energía eléctrica de corriente alterna (AC). (En la generación de electricidad solar fotovoltaica no hay rotación, y se produce en forma de corriente directa DC). La electricidad se transmite a través de líneas de alto voltaje (alta presión eléctrica), que recogen y combinan la corriente de diferentes generadores, la cual debe ser adaptada para los consumidores a bajos voltajes por medio de transformadores. La regla existencial de cualquier red eléctrica es que la oferta debe ser igual a la demanda en todo momento, lo que implica un delicado y cambiante balance, permanente y dinámico, de producción y consumo, al tiempo que se mantiene a fortiori la estabilidad de frecuencias y voltaje en todo el sistema. Es una tarea titánica. Cuando este balance se rompe, ocurren apagones. Entre más grandes sean las redes eléctricas, será estadísticamente más sencillo equilibrar oferta y demanda. Esto es, hay grandes economías de escala; entre más grande y más predecible sea la demanda, será factible generar energía con plantas más eficientes y de mayor capacidad. (La generación distribuida o descentralizada o en microrredes es considerablemente más cara).

Dilemas de la Minería, Nueva Legislación

Es lugar común decir que la minería es un sector económico estratégico para México; de hecho, nuestro país es una potencia minera. Esta actividad representa casi el 9% del PIB industrial y 2.5% del PIB nacional; exporta 18 mil MDD anuales; emplea a más de 330 mil personas; y le reporta ingresos al fisco por más de 73 mil MDP al año. Menos común es reconocer que la minería juega un papel crucial en la transición energética y en la lucha contra el cambio climático, al ofrecer metales claves para redes eléctricas inteligentes, turbinas eólicas, paneles solares, autos eléctricos, inversores, baterías, y un sin número de equipos y dispositivos electrónicos. Buenos ejemplos son el cobalto, manganeso, grafito, níquel, cobre y tierras raras. Desde otro punto de vista, día con día se expande la inquietud por la transferencia de actividades mineras de la tierra al mar, dadas las crecientes restricciones técnicas, ambientales, sociales y políticas que enfrentan en el continente; a pesar de que la minería submarina implica graves consecuencias ecológicas. Los cuestionamientos y conflictos se multiplican para la minería terrestre. Consideremos que la minería es altamente compleja, y de escalas formidables. Implica enormes tajos y excavaciones en minas a cielo abierto, procesos de extracción del mineral por medios mecánicos; separación de las rocas mineralizadas; trituración, lixiviación o flotación, concentración con cianuración o ácido sulfúrico en pilas; depósito de jales (residuos) en presas; y, procesos industriales de beneficio.

Minería Submarina, México sin Brújula

La minería es una actividad vital para la transición energética. Cobalto, manganeso, níquel, cobre, grafito, litio y tierras raras (como el neomidio, el holmio y el disprosio) son esenciales para las turbinas eólicas, paneles solares, baterías, y para una lista creciente de aparatos y dispositivos electrónicos. Puede decirse que, sin minería, son imposibles el progreso tecnológico y la lucha contra el calentamiento global. Pero, cada día es técnica y políticamente más compleja la explotación minera en tierra, dados sus impactos ambientales y sociales. (De hecho, en México, el gobierno del presidente López pretende modificar la legislación minera para restringir esta actividad, reduciendo el periodo de vigencia de concesiones de 50 a 15 años, lo que la haría inviable). Al limitarse opciones en tierra, lógicamente, las perspectivas mineras se trasladan a los océanos, lo que obliga a entender las implicaciones ambientales de la minería submarina. Es por esta razón que desde la Organización de Naciones Unidas (ONU) se construyen instituciones multilaterales de gobernanza ambiental de la minería submarina. El gobierno mexicano, ignora o desprecia el tema, lo cual se inscribe dentro de una política exterior errática y vergonzante.

Bosques Tropicales, Emergencia Nacional

Los bosques tropicales representan el más rico e importante patrimonio biológico del planeta. Han evolucionado ininterrumpidamente durante millones de años, y han logrado sobrevivir durante las épocas glaciales. Así, han desarrollado adaptaciones e interacciones asombrosas entre especies de flora y fauna, comunidades y poblaciones, y con distintos tipos de suelos y sus microrganismos, al igual que con el medio ambiente físico (precipitación, pendientes, altitud, vientos, radiación solar, temperaturas). Todo ello – que sigue siendo un tema debatido entre ecólogos – ha determinado que los bosques tropicales hayan generado la mayor diversidad biológica de la Tierra. Un ejemplo: en pocas hectáreas de bosques tropicales de montaña pueden existir más especies de árboles, mamíferos, reptiles e insectos que en el territorio de países completos del hemisferio norte. Adicionalmente, los bosques tropicales prodigan servicios ambientales, es decir, protegen cuencas hidrográficas y suelos, estabilizan el clima y los patrones de lluvia, y capturan carbono de la atmósfera a través de la fotosíntesis con lo que contribuyen a la lucha contra el calentamiento global.

Guerra a los Plásticos, Responsabilidad de las Empresas

El planeta se ahoga en plásticos. Trágicamente, los océanos, cauces de ríos y cuerpos de agua continentales sufren la mayor carga. En México, el problema, además, se expresa en los derechos de vía de las carreteras, que se han transformado en viles basureros lineales de plásticos: envases, empaques, embalajes, bolsas, y cubiertas de invernaderos, lo cual atestigua una gravísima ausencia de civismo y cultura del cuidado de lo público, además de la ineptitud e incuria gubernamentales. Son un reflejo fiel del estado de la Nación, pero también de un problema global. PET, polietileno de alta densidad, polietileno de baja densidad, poliestireno, polipropileno, cloruro de polivinilo (PVC), y materiales compuestos metalizados o que combinan cartón con plástico sofocan a la biósfera, intoxican ecosistemas y especies, y envilecen paisajes y espacios públicos. Todos ellos, para fines prácticos, son no degradables. Esto llegará hasta la asfixia total, a menos que se tomen medidas radicales tanto a escala internacional o multilateral, como nacional, estatal y municipal. El consumo actual de plásticos en el mundo asciende a más de 460 millones de toneladas anuales, de las cuales, cerca de 350 millones de toneladas se convierten en residuos plásticos, de ellos, alrededor de 22 millones de toneladas anuales se arrojan al medio ambiente. Los océanos del planeta reciben basura plástica en volúmenes que superan los 11 millones de toneladas anuales, a través de los ríos de Asia, América Latina, y África, volumen que se añade a las más de 150 millones de toneladas de plásticos y microplásticos, ya acumulados.