Economía circular

Desde la publicación de “Los Límites del Crecimiento” (Meadows, 1972) ha habido preocupación por un proyectado agotamiento de materias primas y recursos naturales que pondría un límite a la expansión de la economía global. No ha ocurrido, y no se espera que ocurra en el futuro previsible. La economía de mercado y la tecnología siempre han encontrado la forma de ampliar la oferta de materiales o de encontrar sustitutos. Sin embargo, la búsqueda, producción y explotación de materiales y recursos (minerales, combustibles, plásticos, pesquerías, alimentos, madera) sí entraña impactos crecientes sobre el medio ambiente, sobre ecosistemas vitales, sobre la biodiversidad, y sobre la calidad de vida de las poblaciones humanas. La actividad minera afecta severamente al territorio y al paisaje, y consume volúmenes considerables de agua. La industria de hidrocarburos genera contaminación atmosférica y es la principal fuente de gases de efecto invernadero. Los plásticos saturan a los océanos y cuerpos de agua. La pesca saquea y destruye pesquerías y ecosistemas marinos. La producción de alimentos implica deforestación y contaminación de aguas y suelos, además de gases de efecto invernadero. La extracción de madera de bosques y selvas de manera no regulada, es punta de lanza de cambios de uso del suelo y deforestación.