Crecimiento Demográfico y el Clima del Planeta

La demografía es el elefante en el cuarto en la lucha contra el calentamiento global. Rara vez se considera a los métodos anticonceptivos y de libre planificación familiar como una “tecnología” para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Cada año, más de 56 mil millones de toneladas de CO2 equivalente (CO2e) son expelidas a la atmósfera, mientras que, en 2022, en noviembre (de acuerdo a Naciones Unidas), el planeta será sobrecargado con una población humana total de 8 mil millones de habitantes. Históricamente, las emisiones de CO2e se han correlacionado con el crecimiento de la población. En el año 2100 la población llegará a aproximadamente 12 mil millones de habitantes – algo escalofriante – a pesar de las fuertes disminuciones en fertilidad (a menos de dos hijos por mujer) observadas en países de desarrollo medio y alto, y de procesos ya visibles de contracción demográfica en ellos. En el África subsahariana, en contraste, el promedio de hijos por mujer es entre seis y ocho, y el continente africano alcanzará en el 2100 alrededor de 4 mil millones de habitantes: una verdadera pesadilla demográfica malthusiana, extinción de hábitat y especies, y conflictos sociales. También, de emisiones de CO2e. (Conforme a una curva ambiental de Kuznets, el impacto ambiental – o las emisiones – crecen conforme a la economía en las primeras etapas de desarrollo, pero decrecen en estadios más avanzados en una “U” invertida). En México, la tasa de fertilidad ha disminuido a 2.1 hijos por mujer, lo que implicará que la población total del país se estabilice hacia la mitad del siglo en unos 150 millones de habitantes. Cada persona adicional en el planeta tiene una huella de carbono que conlleva la emisión media de 7 toneladas anuales de CO2e. (Claro, los pobres emiten menos que los ricos). Esto, como resultado de necesidades de energía, transporte, alimentación y vivienda.